El Papel Fundamental de la Vivienda en el Punto Óptimo de la Rosquilla

La crisis de vivienda que enfrentan las comunidades en todo el mundo refleja una ruptura fundamental en cómo las sociedades organizan y distribuyen esta necesidad humana esencial. Dentro del marco de la Economía de la Rosquilla, la vivienda representa un componente crítico del cimiento social: los estándares mínimos requeridos para que todas las personas vivan con dignidad y seguridad.1 Este análisis examina la crisis de vivienda a través de la lente del “espacio seguro y justo para la humanidad”, explorando cómo los sistemas de vivienda actuales transgreden tanto los límites sociales (al no satisfacer las necesidades humanas básicas) como los límites planetarios (a través de prácticas de desarrollo insostenibles). Este enfoque enfatiza la vivienda como un cimiento social crítico, un concepto intrínsecamente ligado a la ambición más amplia de la Rosquilla de alcanzar la prosperidad colectiva dentro de los límites ecológicos.12 De hecho, la seguridad habitacional impacta directamente la salud, la educación, la oportunidad económica y la resiliencia comunitaria, todos elementos esenciales del cimiento social que respalda el florecimiento humano.

La Montaña Rusa de la Vivienda: De Bien Público a Propiedad Candente

La vivienda como derecho fundamental ha evolucionado significativamente desde la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.13 A mediados del siglo XX se produjo una inversión pública sin precedentes en vivienda social en muchas naciones desarrolladas, con gobiernos que proporcionaban directamente vivienda asequible como un bien público. Sin embargo, desde la década de 1980, ha habido un marcado cambio hacia enfoques impulsados por el mercado, con la privatización y la financiarización convirtiéndose en fuerzas dominantes en la provisión de vivienda.

El surgimiento de los Fideicomisos Comunitarios de Tierras (CLTs, por sus siglas en inglés) tiene sus raíces en el Movimiento por los Derechos Civiles de la década de 1960, comenzando con New Communities, Inc. en Albany, Georgia, en 1969.45 Esta organización de base buscaba prevenir el desplazamiento de las comunidades negras a través de la propiedad colectiva de la tierra, estableciendo un modelo que continúa influyendo en las soluciones de vivienda hoy en día.

La financiarización de la vivienda se aceleró después de la Crisis Financiera Global de 2007-2008, transformando las casas de bienes sociales en vehículos de inversión.67 Este cambio ha alterado fundamentalmente los mercados de vivienda, priorizando los rendimientos para los inversores sobre la asequibilidad para los residentes.

Los Muros que Aprietan en la Emergencia Habitacional de Hoy

La escala de la crisis de vivienda es alarmante. Datos recientes indican múltiples dimensiones de la inaccesibilidad y escasez de vivienda. Más de la mitad de todos los inquilinos en los Estados Unidos, específicamente más del 50%, gastan más del 30% de sus ingresos en vivienda, con 12.1 millones de hogares gastando más del 50%.23 La actividad de construcción ha experimentado una disminución drástica, cayendo de un crecimiento anual del 4% en la década de 1950 a solo el 0.6% en la década de 2010.87 Las condiciones del mercado han resultado en un aumento de los precios medianos de la vivienda del 47% entre 2020 y 2024 en muchas áreas.23

Simultáneamente, la aparición del “efecto rosquilla” (o “efecto donut”) ha creado desafíos espaciales complejos, con los núcleos urbanos experimentando una disminución de la población a medida que los residentes se trasladan a áreas suburbanas.78 El cambio climático añade otra capa de urgencia a la crisis de la vivienda, con más de 60.5 millones de unidades de vivienda enfrentando un riesgo de moderado a alto por desastres climáticos. Las primas de seguros de propiedad han aumentado un 27.7% interanual, lo que agrava aún más la asequibilidad.23

Pronosticando Futuras Tormentas y Tensiones en la Vivienda

Las proyecciones para los mercados de vivienda indican una tensión continua sin una intervención política significativa. Se proyecta que los costos de construcción continúen aumentando, normalizándose los incrementos interanuales del 14.1%.23 La migración y el crecimiento de la población ejercerán mayor presión sobre la oferta de viviendas, particularmente en los centros urbanos.67 Los requisitos de resiliencia climática necesitarán una modernización sustancial y nuevos estándares de construcción.29 Además, los cambios demográficos, incluido el envejecimiento de la población y las cambiantes formaciones de hogares, requerirán diversas tipologías de vivienda.37

Las innovaciones tecnológicas ofrecen algunas promesas, incluida la construcción prefabricada y modular, la impresión 3D y la construcción masiva en madera. Sin embargo, estas innovaciones deben implementarse dentro de marcos que prioricen la asequibilidad y la sostenibilidad sobre la maximización de ganancias.59

Las barreras clave para lograr la seguridad habitacional incluyen varios problemas interconectados. Persisten los problemas de estructura del mercado, ya que los mercados de vivienda actuales priorizan la extracción de ganancias sobre la necesidad social, con los inversores institucionales dominando cada vez más la propiedad.67 La fragmentación de la gobernanza crea obstáculos adicionales, ya que las complejas capas de regulaciones locales, regionales y nacionales a menudo generan prioridades contrapuestas y ralentizan la respuesta a las necesidades de vivienda.78

La financiarización de la vivienda representa un desafío fundamental, ya que la transformación de la vivienda en una clase de activo financiero ha llevado los precios más allá del alcance de muchos hogares.67 Las restricciones ambientales presentan dificultades significativas para equilibrar el desarrollo de viviendas con la sostenibilidad ecológica.910 La resistencia política, particularmente el NIMBYismo (“No En Mi Patio Trasero”, por sus siglas en inglés) y la oposición al aumento de la densidad, perpetúan la escasez de viviendas.36

Desbloqueando Planos para Hogares Asequibles y Sostenibles

Las soluciones emergentes demuestran caminos hacia una vivienda sostenible y equitativa. Los Fideicomisos Comunitarios de Tierras representan un enfoque prometedor, ya que estas organizaciones democráticas controladas por la comunidad eliminan la tierra de los mercados especulativos, asegurando una asequibilidad permanente.45 Los modelos de vivienda cooperativa, incluidas las cooperativas de capital limitado y los arreglos de covivienda (co-housing), brindan oportunidades de propiedad mientras mantienen la asequibilidad.59

Una inversión renovada en vivienda pública y social ofrece otra vía, con proyectos como Peace Village Co-op que demuestran enfoques innovadores de capital compartido.59 Métodos de construcción innovadores, incluida la vivienda construida en fábrica, la construcción masiva en madera y los enfoques modulares, pueden reducir costos al tiempo que mejoran la calidad.93 El desarrollo comunitario integrado que incluye proyectos de vivienda con espacios comunitarios, negocios locales e infraestructura sostenible crea soluciones holísticas.910

Aplicando la Rosquilla para una Vivienda Socialmente Justa y Ecológicamente Sólida

La vivienda ocupa una posición crítica en el marco de la Economía de la Rosquilla, situándose en la intersección de los cimientos sociales y los techos ecológicos.1 El modelo proporciona un marco integral para reimaginar los sistemas de vivienda. Los requisitos del cimiento social incluyen el acceso a una vivienda segura, protegida y asequible para todos; una calidad de vivienda que respalde la salud y el bienestar; conectividad comunitaria y redes sociales; y seguridad económica a través de la estabilidad habitacional. Las consideraciones del techo ecológico abarcan materiales y métodos de construcción sostenibles; eficiencia energética e integración de energías renovables; uso del suelo que preserve la biodiversidad; y gestión del agua y reducción de residuos.

El “espacio seguro y justo” para la vivienda existe donde se cumplen estos requisitos sin sobrepaso ecológico.19 Los sistemas de vivienda actuales transgreden regularmente ambos límites: no satisfacen las necesidades sociales básicas mientras contribuyen a la degradación ambiental a través de la expansión urbana descontrolada, la construcción intensiva en recursos y el uso ineficiente de la energía. Los Fideicomisos Comunitarios de Tierras y los modelos de vivienda cooperativa ejemplifican enfoques que operan dentro de este espacio seguro, equilibrando la seguridad habitacional individual con la propiedad colectiva y la responsabilidad ambiental.459

Construyendo Hacia un Futuro de Hogares para Todos

La crisis de vivienda representa un desafío fundamental para lograr un “espacio seguro y justo para la humanidad”. Los enfoques actuales impulsados por el mercado han fracasado consistentemente en proporcionar vivienda adecuada respetando los límites ecológicos. El camino a seguir requiere un cambio de paradigma hacia soluciones de vivienda lideradas por la comunidad y controladas democráticamente que traten la vivienda como un derecho humano en lugar de una mercancía.

Los elementos clave de este análisis incluyen: la seguridad habitacional sirve como un cimiento esencial para alcanzar cimientos sociales más amplios; las soluciones basadas en el mercado por sí solas no pueden abordar la crisis; los modelos liderados por la comunidad ofrecen alternativas escalables y sostenibles; la integración de consideraciones sociales y ambientales sigue siendo esencial; y la asequibilidad a largo plazo requiere estructuras de propiedad colectiva. Las soluciones existen; lo que se necesita es la voluntad política para implementarlas a escala, respaldada por mecanismos de financiación adecuados y marcos políticos que prioricen el bienestar social y ecológico sobre la extracción de ganancias.

Bibliografía